Belletti traspasado al Chelsea

Juliano Belletti llegó libre al Barcelona en verano de 2004 procedente del Villarreal. Tenía 28 años. Durante su primera temporada en can Barça se afianzó en el puesto de lateral derecho ejecutando una temporada solvente.

La temporada siguiente fue el inicio de los problemas del brasileño. Oleguer le disputaba el puesto y empezó a mostrar una inseguridad que ya no abandonaría en su etapa como azulgrana. Por fortuna suya, y de todo el culerismo, anotó el gol de la victoria frente al Arsenal en la final de la Copa de Europa en París. Fue apoteósico. el 2-1, en el minuto 81, bajo una lluvia torrencial mezclada con el humo despedido por las bengalas encendidas tras el gol del empate blaugrana, con los londinenses encerrados en el área y apretando los dientes. Se ganó vestirse una temporada más la camiseta del Barcelona.

Muchos lo consideramos un error. Afortunadamente el Barça igualmente fichó un lateral con solera. Zambrotta no ha jugado una temporada especialmente lucida, pero ha demostrado que puede ser el que le vimos ser en Italia y en el último mundial de Alemania.

Belletti poco ha aparecido en las alineaciones esta última temporada (tan sólo 13 encuentros de liga), y creo que ya estabamos todos de acuerdo en que ya había cumplido su ciclo en el club.

La única duda era saber si lograríamos un traspaso por él o deberíamos aceptar concederle la carta de libertad como es tradición en esta entidad.

Y por sorpresa aparece el Chelsea y lo ficha. Hace pocos días se especulaba sobre el posible traspaso al club londinense del brasileño Dani Alves del Sevilla por 35 millones de euros. Y llegan y nos dan 5,5 millones por el brasileño.

Creo que nadie en can Barça contaba con cobrar tanto por Belletti. Pensar que Juliano vale más que Ludovic Giuly (traspasado a la Roma por 3,2 millones de euros) debería dar dolor de cabeza a todo aficionado al fútbol.

Y ahí, una vez pasada la fase de euforia por el traspaso, reanudada, porque muchos aún la arrastrábamos gracias al traspaso de Maxi López al FC Moscú, debemos plantearnos otro punto de interés. El antes citado tic culé de regalar sus jugadores este verano ha, prácticamente desaparecido.

Cierto es que hemos traspasado gratis a Gio al Feyenoord y a Saviola al R. Madrid. Y que si Belletti le ha costado al Chelsea casi 1.000 millones de pesetas, el traspaso del holandés al Feyenoord podría haber reportado algún dinero a caja, pero esa reflexión sería propia de la demagogia de la prensa deportiva: nadie hace dos dias se preguntaba si podríamos haber cobrado algo por Van Bronckhorst.

Al caso: los otros tres jugadores, de momento, que han abandonado la nómina del club, han dejado cifras que llevarse a la boca a la tesorería culé.

Giuly, otro jugador cuya etapa barcelonista saltaba a los ojos de todos que estaba quemada (y que merecerá siempre un enorme respeto, ha sido el primer francés en triunfar en el Barça), se marchó a Italia para competir en Roma con Taddei y el tambien recién llegado Marco Esposito por la titularidad. Su marcha reportó 3,2 millones.

Maxi, Maxi, Maxi... ¡ay Maxi! Tan malo no era, apenas tuvo opciones, en este tema mantiene un cierto paralelismo con Santi Ezquerro, han sido jugadores sin oportunidades. Cuando pensábamos que su futuro estaba en Lisboa en forma de cesión va el FC Moscú (antiguo Torpedo de Moscú) y paga 2 millones por él. Si bien con Belletti tenemos un beneficio de 5,5 millones porque llegó gratis, Maxi costó en su día, hace dos años y medio, 6 millones de euros, con lo que las arcas del club pierden 4 millones. Pero aún así se puede considerar una oferta exitosa, viendo que Maxi tenía, y lo sabía todo el fútbol internacional, el cartel de 'inútil' y nadie contaba con cobrar un duro con él.

Y para finalizar Txiqui ha logrado endosar a Belletti al Chelsea y encima cobrando un buen pellizco (cierto es que para los abultados bolsillos de Roman Abramovich, 5 milloncejos no son nada).

Muchos han criticado, desde hace tiempo, la labor de Txiqui Beguiristáin en la entidad blaugrana, pero parece que este verano ha logrado mejorar su imagen con interesantes traspasos (en este caso en el capítulo de salidas) y ha logrado romper con la tradición de no vender (10,7 millones de euros) que arrastra este club desde tiempos immemoriales.

Ahora falta encontrar salida a Thiago Motta, otro de los casos que merece un profundo análisis (con el que contará en este blog) y, a ojos de muchos, a Oleguer. Gudjohnsen también está en el aire, y en su caso sí sería imperdonable no cobrar un suculento traspaso.

Ha sido un extraordinario verano en el capitulo de fichajes para el Barcelona, si no lo era antes, con el traspaso del entrañable héroe de París, ahora sólo queda corroborar lo que muchos creemos y esperamos: que la liga será nuestra.

Marcel Sanromà Rovira

Barcelona 23-VIII-2007